Una vez mas la sangre de los inocentes tiñe las calles de rojo. Tan solo querían divertirse, y nunca pensaron que ese sería el último de sus días.
El día sábado por la noche el fantasma de cromagnon nuevamente asoló nuestras mentes al escuchar la noticia de un trágico incendio en una discoteca en la ciudad de Quito, en Ecuador, donde, alrededor de 300 personas estaban presenciando una premiación de bandas de rock y algún “iluso” encendió una bengala pirotécnica que incendió el revestimiento interior (combustible),de madera y tela que poseía el lugar convirtiéndose en una verdadera marea de fuego, según relataban los testigos.
La tragedia no fue de gran magnitud, puesto que solo fueron 15 los muertos que se contaron en este caso, pero la similitud con cromagnon era tan evidente que erizaba la piel a medida que los noticieros daban mas detalles. Un boliche bailable, gran cantidad de personas, bandas de rock y la maldita bengala, detalles casi calcados, como si fuera un dejavú.
Esto demuestra a las claras que nuestro continente sigue inmerso en una nube de humo que nubla el pensamiento de nuestros dirigentes al considerar la prevención como un gasto y no invertir en sancionar leyes, que en otros países salvan vidas. La falta de políticas educacionales en este sentido es a simple vista la gran falencia de nuestros estados, quienes nos convierten en esclavos de los mercenarios que juegan con la vida de otros a costa de un mayor rédito económico.
No hay plata que pague la muerte y el dolor de un ser querido. Cuidémonos..para que no existan mas Cromagnon.
El día sábado por la noche el fantasma de cromagnon nuevamente asoló nuestras mentes al escuchar la noticia de un trágico incendio en una discoteca en la ciudad de Quito, en Ecuador, donde, alrededor de 300 personas estaban presenciando una premiación de bandas de rock y algún “iluso” encendió una bengala pirotécnica que incendió el revestimiento interior (combustible),de madera y tela que poseía el lugar convirtiéndose en una verdadera marea de fuego, según relataban los testigos.
La tragedia no fue de gran magnitud, puesto que solo fueron 15 los muertos que se contaron en este caso, pero la similitud con cromagnon era tan evidente que erizaba la piel a medida que los noticieros daban mas detalles. Un boliche bailable, gran cantidad de personas, bandas de rock y la maldita bengala, detalles casi calcados, como si fuera un dejavú.
Esto demuestra a las claras que nuestro continente sigue inmerso en una nube de humo que nubla el pensamiento de nuestros dirigentes al considerar la prevención como un gasto y no invertir en sancionar leyes, que en otros países salvan vidas. La falta de políticas educacionales en este sentido es a simple vista la gran falencia de nuestros estados, quienes nos convierten en esclavos de los mercenarios que juegan con la vida de otros a costa de un mayor rédito económico.
No hay plata que pague la muerte y el dolor de un ser querido. Cuidémonos..para que no existan mas Cromagnon.
Foto diario el expreso.
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